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Todo a la vez en todas partes. Trastorno multiversal.

La ropa sucia gira dentro de la lavadora. Es un acto cotidiano: pulsar un botón y esperar a que el ciclo de la máquina se complete automáticamente. Rotar y parar hasta el próximo sudor, que vendrá muy pronto. La lavadora se suele poner varias veces a la semana. Quizá a diario, si conviven muchas personas en la casa. Todo a la vez en todas partes se origina en una lavandería.

Un establecimiento donde su dueña, la inmigrante china en Estados Unidos Evelyn, gira en ese bucle de bucles que conforman el trabajo precario, las cargas familiares y las decisiones tomadas y no tomadas. La veterana actriz de Tigre y Dragón Michelle Yeoh se calza el pellejo de esa mujer superada por la vida y la zarandea por la frenética feria de identidades que le han montando Dan Kwan y Daniel Scheinert.

Y es que a veces (casi siempre por suerte) los automatismos fallan y, por casualidad, todo estalla por los aires. En esta comedia chiflada lo hará en muchas direcciones espacio-temporales, casi todas de broma. Los Daniels, guionistas y directores del asunto, han metido en una maleta toda la chanza, el absurdo y el esperpento que han podido imaginar y se han sentado encima para apretarlo todo. Y la maleta abulta, pero la cremallera cierra. Ambos creadores ya ensayaron el tacto del multiverso en el cortometraje interactivo Possibilia y pusieron a circular su gusto por la chorrada en Swiss Army Man. Ahora, con Todo a la vez en todas partes, parece que su atrevimiento ha llegado al público masivo y ha despertado a la crítica.

Poster extraído de Filmaffinity, donde la película acumula 3.633 votos con un 7,4 de media.

Si ya es un logro que las líneas narrativas no se choquen a la velocidad a la que se entrecruzan, más lo es todavía que converjan en reflexión y emoción. Un poco más allá de la escasez de pensamiento de las películas de Marvel que han puesto de moda el multiverso, la obra de los Daniels repara en las afecciones que provocaría la peregrinación entre cosmos. ¿Cuánta moral o empatía puede retener alguien que ha visto las infinitas vidas de su vida? Si la pregunta se formula con comedia, la respuesta apela al sentimiento. Y resulta que los problemas de toda la existencia poliédrica se pueden remendar en la más alienante y cansina de sus caras. La nuestra. Con la salvación de toda la realidad como objetivo de fondo, Evelyn tendrá que pelear con versiones alternativas, horteras y asesinas de sus familiares y de los trabajadores de Hacienda. Pero las versiones más aterradoras de nosotros mismos son las que languidecen ateridas por el día a día, y esas no son batibles con estrambóticas artes marciales. Esas, o son reconciliables, o no son.

Estás viviendo tu peor tú. Pero no como sentencia, sino como silo de posibilidades.

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